jueves, 14 de febrero de 2013

Sistema de Gestión de Desempeño

Si no puedes medirlo, no puedes gestionarlo. Lo que no se mide, no se mejora. No es posible gestionar, lo que no se puede medir. Cada una de estas premisas hace referencia a la gestión del desempeño del negocio, un concepto importante a la hora de alinear la estrategia de la organización a la operación diaria. Ver fig.1

En la implementación de un sistema de medición de desempeño, se entiende la urgencia de trasladar la visión y la estrategia de la organización a las distintas unidades de negocio  y por niveles, definir metas, asignar recursos, monitorear, evaluar y recompensar el rendimiento positivo. Este proceso por lo general se puede llevar acabo en un período de seís meses, donde se involucra a toda la organización con ayuda de empresas especializadas en consultoría y gestión empresarial.

  
Hoy día existen muchos métodos para lograr implementar un Sistema de Gestión de Desempeño que contemple desde los procesos de recolección de data, manipulación y generación de información, hasta la evaluación, retroalimentación y generación de planes de acción. Entre los distintos métodos se encuentra la metodología del Balanced Scorecard, por Kaplan y Norton, donde abordan el desarrollo del Cuadro de Mando Integral desde cuatro perspectivas: la perspectiva financiera, la del cliente, la del proceso interno y la perspectiva de formación y crecimiento.

La metodología del Cuadro de Mando Integral, es una de las más reconocidas, sin embargo no existe un lineamiento de mejores prácticas o un acercamiento matemático que determine un modelo absoluto para la implementación de un Sistema de Gestión de Desempeño. En este sentido, voy a listar algunas prácticas que resultan de gran ayuda en la implementación de un sistema de gestión integral para la toma de decisiones efectivas en la organización.

1.      Definir claramente qué se quiere medir. Es importante definir qué quieres medir, cuáles son los objetivos que quieres alcanzar y de ser posible contar con un período base que permita ver en retrospectiva el “punto de partida”, esto facilita la interpretación y evaluación de los KPI´s en el tiempo, puesto que se conoce el “dónde estábamos hace un tiempo atrás…” Este proceso, que debe ser documentado, va a determinar el tipo de data a utilizar y cómo utilizarla para el proceso de toma de decisiones.
2.   Alinear la gestión de medición a los objetivos estratégicos y operativos de la organización. El objetivo es plantear un cuestionamiento franco sobre las mediciones definidas. Entender cuáles son las mediciones que ayudan a lograr los objetivos estratégicos, tácticos y operativos de la organización.
3.      Involucrar al equipo. Involucra a la gente que está directamente relacionada con los procesos previos a la implementación del sistema de medición, como por ejemplo: colección de data, manipulación y generación de reportes. Colaboradores indirectos también pueden aportar con conocimiento de expertos en sus áreas. Este ejercicio es fundamental para una implementación exitosa y generación de ideas que permitan una mejora continua del sistema de medición.
4.   Automatizar. En la generación de reportes, el escenario ideal es el que menos manipulación de datos requiere. Es decir, que la carga de los datos base sean previamente parametrizados en el sistema, de lo contrario se debe documentar el proceso, incluyendo niveles de autorización para la generación de reportes. De igual manera es recomendable que cada cierto tiempo se audite el proceso y la información como tal, para asegurar un estándar en la generación de informes y los cálculos previamente acordados.

Un Sistema de Gestión de Desempeño permite a la organización transformar mediciones de eficiencia, efectividad o de actividad en “conocimiento”, en información que permita optimizar la toma de decisiones en las unidades de negocio. El proceso de formulación de un sistema de gestión de desempeño puede durar meses y en algunos casos es implementado con apoyo de empresas especializas en gestión empresarial.

La gestión de desempeño del negocio tiene como objetivo maximizar los recursos de la organización. Por ello es clave medir para poder mejorar, pero más importante es lograr alinear la misión, la visión de la empresa y su estrategia, a la operación diaria, definiendo de manera clara qué se quiere medir y qué se quiere obtener de estas mediciones.